Siento una infelicidad permanente adentro mío que no quiere salir. Trato de echarla dibujando en mi rostro las más hipócritas y falsas sonrisas, riéndome de todo aunque nada me cause gracia, ahogando el enojo con alegrías que no existen pero que yo misma me invento para poder escapar un rato de esa infelicidad tan insoportable.
Pero no se va.
Odio la vida, los odio a todos y me odio a mí.
Odio la vida, los odio a todos y me odio a mí.
Ese sentimiento que me tortura parece estar adherido a mi alma, a mi corazón y a mi mente. Creo que de tanto tiempo que lleva dentro de mi cuerpo, ya forma parte de él.
Me doy rabia. Quiero cambiar, quiero ser una persona diferente. Quiero irradiar amor y felicidad. Quiero estar llena de luz y liberarme de la oscuridad.
Me molesta ser yo, por momentos no me soporto. Si pudiera huir de mí, lo haría sin dudarlo. Si pudiera escarbar dentro mío, sacar afuera mi mente contaminada y cambiarla por otra nueva, también lo haría. Hacerme un lavado de alma y renovar el corazón tampoco me vendría mal.
"Desear ser otra persona es un desperdicio de la persona que eres" dijo alguien alguna vez. Pero ojalá fuera tan sencillo aceptarme tal cual soy. Ojalá pudiera eliminar el deseo de ser alguien mejor. Ojalá pudiera gustarme. Ojalá.
"Desear ser otra persona es un desperdicio de la persona que eres" dijo alguien alguna vez. Pero ojalá fuera tan sencillo aceptarme tal cual soy. Ojalá pudiera eliminar el deseo de ser alguien mejor. Ojalá pudiera gustarme. Ojalá.
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