Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

martes, 7 de marzo de 2017

Sintiendo en tus ausencias

Tu ausencia hace que me cuestione lo real de tu existir. No está tu piel pegada a mis manos confirmando que el amor es tangible, y vuelvo a pensar en él como en una creación onírica surgida en los sueños de aquellos que vivimos en una interminable búsqueda de algo (o mejor dicho, de alguien) que nos dé algún valor, puesto que nosotros mismos no somos capaces de reconocer el que ya tenemos.
Estás lejos, y me cuesta creer que alguna vez estuviste cerca. Hay sensaciones de un tacto que no es el mío, arrinconadas en partes de mi cuerpo que escondo de todos salvo de mí. Y ahora descubro, salvo también de alguien cuyo tacto está impregnado en mi capa más superficial. 
Mi capa más superficial, digo, como si no sintiera algo arder también adentro. Sensaciones de un tacto que roza suavemente mi estómago haciéndome sentir consquilleos, que remueve mis pulmones haciendo que mi respiración se entrecorte, que juguetea con mis cuerdas vocales haciendo que no me salgan las palabras, que hace bailar a mi corazón provocando que mi pulso se acelere.
No imagino cómo estas sensaciones pudieron ser provocadas por alguien que estuvo aquí, a mi lado, que permaneció a mi lado por prolongados lapsos, e imprimió en mí estos garabatos cuya forma no entiendo, pero que me hacen sentir más cosas que oír las notas producidas por un cello, o leer los poemas de mi querida Pizarnik. 
Arte abstracto. Pero no aquel insulso moderno decorativo que aburre luego de un par de miradas. Mirar las caricias impresas revoluciona la carne, que entra en éxtasis al saberse deseada. Mirar hacia adentro y ver el escándalo interno de mi cuerpo al sentir aquel tacto, hace a mi alma tranquila perder su cordura.
Pensarte mientras no estás es pensar en algo que ocurrió en otra vida (diría hace muchos años, pero a mi poca edad, no es una expresión que valga mucho), algo hermoso que una yo feliz vivió afortunadamente junto a un alguien ideal. ¿Y esa felicidad a dónde está? 
Te vas y en los bolsillos guardas una parte de mí que es tuya y es mi favorita. Te llevas contigo mis mejores sonrisas, mis mayores placeres, mi más sincera alegría, mi mejor compañía. Mi cuerpo. que está solo aquí, siente un extraño vacío.
Sé que estás allí, en alguna parte, y sé que también estás aquí, aunque tu presencia y tu amor lleguen de lejos. Pero cómo hacerle entender a mi cuerpo que lo que siente sigue siendo real, que no son creaciones oníricas ni tactos imaginarios. Es tu cuerpo abrazado al mío, tu mano que se pasea por mi piel. No es vacío, es ausencia. Y qué alegría que, por ahora, siempre sea temporal.

Pero, ¿cómo explicarle a mi cuerpo desesperado, necesitado y obsesionado, que volverás pronto, muy pronto, para volver a hacer tangible el amor?


No hay comentarios:

Publicar un comentario