Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

martes, 28 de febrero de 2017

Cíclica.

Tú, eterna aprendiz de una lección incomprensible que te das a ti misma en un idioma ajeno, hecho de palabras que oyes y repites porque algo te dice que son correctas pero realmente no tienes idea de lo que significan... Tu respiración entrecortada empaña el espejo, y aún así pretendes poder conocer tu rostro con claridad. Tus sollozos sólo inundan el aire de aroma amargo, huele a eso que se pudrió entre tus costillas cuando el monstruo más cruel de tus pesadillas nocturnas se asomó por debajo de tu almohada mojada de insomnios y se rió del brillo de tus ojos cuando buscabas refugio en lo que aún te hacía feliz, y con tono burlón te susurró aquellas palabras crueles que usarías para definirte a ti misma por el resto de tu vida.

De raíces débiles sólo puede crecer un árbol que con una leve brisa quiebra sus ramas, y con un pequeño golpe de otoño llora hojas muertas. Nunca darás frutos dorados en primavera. Tu flor se marchita justo antes de terminar de abrir todos sus pétalos. 

No ha de haber lugar en el bosque encantado para un árbol que se embrujó a sí mismo. Haz de dejar intentar renacer. Improductivos tus frutos para alimentar al mundo, inútiles tus pétalos marchitos para embellecer el paisaje. Haz de arrancar de raíz. Haz de terminar con esta decepción cíclica de verte intentarlo todo en vano...

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