Infelices sonriendo ante todo.
Farsantes.
"No pasa nada, todo está bien".
Sangre que chorrea en los lavados,
lágrimas escurridizas que empapan las almohadas en las noches de insomnio.
Baja autoestima y odio que se van por las cañerías.
Seres incomprendidos que quieren escapar.
Grietas en la piel,
en el corazón
y en el alma.
Grietas que arden, pican, duelen.
Corazones débiles, heridos.
Pulmones envueltos en humo.
Silencios y cientos de páginas escritas.
Mentes ruidosas.
Ganas de un poco de atención.
Felicidad temporal. Tristeza eterna.
Odio hacia todos. Odio hacia el mundo.
Odio hacía ellos mismos.
Quieren, buscan y no encuentran.
Sueños destruidos.
Echando culpas a todo el mundo.
No saben para dónde ir.
Saben que acá no quieren estar.
Quieren, buscan y no encuentran.
Desesperación. Angustia. Miedo.
"No pasa nada, todo está bien".
De nuevo sangre que chorrea en los lavados,
lágrimas escurridizas que empapan las almohadas nuevamente.
Baja autoestima y odio que se van por las cañerías.
Odio eterno hacia el mundo.
Hacia la vida.
Coquetean con la idea de
desaparecer y dejar de existir.
Quieren huir. Huir y no volver.
Por lo menos hasta que todo este infierno se acabe.
Por lo menos hasta que puedan volver a respirar
un aire sin mentiras disfrazadas de ilusiones.
Y nadie los deja huir.
Se encuentran atrapados
y permanecen.
Sonríen ante todo.
Les mienten y se mienten.
Esperan que todo cicatrice.
Esperan que todo cambie.
Esperan que esto sea "sólo una etapa" como ellos les dicen.
Esperan y la espera se hace eterna.
Pero por mientras, quédense tranquilos,
que aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario