Algunos sufren en silencio.
Otros sufren a los gritos.
Y están las personas como yo, que sufren a gritos ahogados.
Que quieren gritar pero no pueden.
Porque son masoquistas
y una parte de sí los obliga a mantenerse callados.
Guardarse todo y sufrir en silencio.
Sin que nadie se entere.
Teniendo todos los gritos de socorro
atorados en la garganta.

Esa sensacion la odio, sin duda la peor de todas, sentir que te ahogas con tus propias palabras, que los pensamientos te perforan, es estar al borde del avismo, pero cuando dejas de callar, hay una parte de ti que siente la libertad.
ResponderEliminarNo lo pudiste describir mejor, Sandra. Es horrible.
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