Cuando los colores se esfuman y la vida se destiñe, cuando el sol se esconde tras las espesas nubes.
Cuando el cielo llora por ver a todos tan solitarios, cuando las ramas de los árboles ya no tienen fuerzas para sostener sus hojas.
Ahí, en ese momento, se dan cambios de energía y se descubren nuevos sentimientos que estuvieron escondidos esperando durante meses hasta que por fin, llegado el 21 de Marzo, son liberados gracias a la llegada de nuestro querido Otoño.
Oh, Otoño. ¿Cuál es tu secreto? ¿Cómo haces que te ame si conviertes las pocas alegrías que tengo en angustias y reflexiones? Supongo que eso nos gusta a las personas como yo. Nos gusta dejar que el clima nos manipule como frágiles marionetas. Que el frío nos lleve a un estado de querer estar encerrados, aislados y solos. Tapados con una colcha hasta el cuello, tirados en la cama, con una taza de café al lado, lapicera en mano y un cuaderno sobre el regazo, el cual está esperando impaciente a que todas las emociones sean plasmadas en él, a través de palabras confusas que salen disparadas directamente de nuestro alma.
Todos caras tristes. Todos marrones, negros y colores oscuros. Todos deprimidos. Todos mal.
Si bien parece que odio que todo esto pase, no es así. Me gusta mucho la idea de que una estación penetre tanto en nosotros y pueda hacernos sentir que somos alguien diferente. Hacernos ver las cosas de otra manera. Reflexionar. Pensar una y otra vez las cosas que no tenemos claras. Alejarnos de las cosas que nos hacen mal. Ver las cosas desde afuera y entenderlas mejor.
Si me preguntan, yo creo que el Otoño se ocupa de hacer una limpieza dentro nuestro. Nos limpia el alma, el corazón y la cabeza. Nos convierte en personas totalmente nuevas para poder seguir adelante, renovados. Y eso nos hace mucha falta. Imagínense qué sería de nuestras vidas sin Otoño. Todos vivirían más alterados de lo que viven. Sería un caos.
Y es por eso, querido Otoño, espero con ansias tu llegada. Me entrego a vos. Soy completamente tuya. Renovame. Limpiame. Haz lo que tengas que hacer conmigo. Sólo te pido tener fuerzas para aguantar el Invierno que viene después, y salir viva, una vez más, de este año.
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