Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

viernes, 1 de agosto de 2014

Soledad que amanece.

Soy un eterno crepúsculo 
el tibio dorado indeciso al que el horizonte absorbe 
y no sabe si esconderse
para que reine la oscuridad
o seguir derramando luz en rostros serios

Soy el sorbo de café frío del fondo de la taza
que una mañana nadie tomó
un puñado de palabras no dichas
un pedazo de invierno

Soy la última canción que suena cuando ya nadie escucha
una lluvia de estrellas a las 3 a.m cuando el mundo está dormido
un poema escondido en el último estante
cubierto de polvo porque nadie lo lee

Soy el peso de soledad sobre las comisuras de los labios
el salado de la tristeza
y la dulzura del dolor

Un sueño que olvidaron en un bar
esperanzas dejadas en copas de vino
soy sobras
una piedra pateada en la caminata de un borracho

Soy la caída de las hojas en otoño
un suspiro de nostalgia
la sombra de los miedos
un recuerdo que ya a nadie le hace falta

Busco felicidad tanteando vacíos
pero rozando soledad
sólo se encuentra hastío
de buscar en un mapa sin tesoros perdidos

Ojalá alguien me prometiera
que luego del crepúsculo
si no me impaciento con la oscuridad
llegará un nuevo amanecer




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