que luego del primer río que pasa debajo del puente de tus venas
la sangre se vuelve miel
y melodía el tintineo de las gotas serenas
Dicen aquellos que oyen constantes truenos
que luego de tantas palabras manchadas de repente
uno se termina odiando y convirtiendo en masoquista
por amar como la tormenta retumba en la mente
Dicen aquellos que se desean livianos como pluma
que si se cierra el candado de la boca
y se entierra la llave debajo de tu propia tumba
los rasguños ya no lastiman y el estómago casi no zumba
Son ellos los que viven moribundos
porque no viven pero no están muertos
conocen la caída, los lugares profundos
pero aún no sintieron el golpe
aún
Y todos con diferentes infiernos
coinciden en que cuando no se tiene a nadie
más que al filo, a los demonios
más que al hambre
se debe hacer lazos con la muerte
y correr el riesgo de que lo que antes dolía se vuelva adicción
Peligroso es acostumbrarse
porque no se percata de qué tan cerca
se está del fin
y de pronto
sin darte cuenta
entre tanta melodía, tormenta tranquila y rasguños sin uñas
Escribis tan hermoso.
ResponderEliminar¡Muchas muchas muchas gracias! Sólo trato de verter mis pensamientos en la escritura, es la manera más linda que se me ocurre para expresar mis ideas. Gracias por leerme, quien quiera que seas.
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